viernes, 3 de junio de 2011

RESEÑA JAVIER RODRIGUEZ MARQUEZ


POLICRISIS ESTRUCTURAL IDENTITARIA DEL DOCENTE EN EDUCACION BASICA

Rigoberto Morales Landa vio por primera vez la luz en un pueblo del estado de Veracruz llamado “Las Minas” a inicio de la década de los 60. Es el primero de 8 hijos de un matrimonio donde las limitaciones económicas fueron siempre el pan de cada día, con el correr del tiempo su padre trabajo en una planta hidroeléctrica propiedad de la paraestatal comisión federal de electricidad, aun así la escasez y la falta de todo continuaron.
No asistió al preescolar por que en aquella época todavía no existía este servicio educativos en las comunidades rurales, así que sus primeras incursiones en los ámbitos escolares las hizo en una escuela primaria tridocente del estado.
Después tuvo que emigrar a la ciudad de Xalapa donde ingreso a la escuela secundaria federal Núm. 1,1 a la cual asistió en el turno matutino durante sus tres años. El cambio repentino de un ambiente a otro, de una escuela de 50 alumnos a otra en la que había 800, de interactuar con tres maestros de manera casi individual, a ser solo un número en las listas de los incontables docentes que todo el día entraban y salían de los salones de clase.
El impacto que recibió fue de gran manera en la mayoría de sus construcciones sociales hacia ese momento y por su puesto afecto su identidad como sujeto de la determinación social rural.
A esa inestabilidad que provoca nuestro arribo a un mundo extraño y ajeno viviendo de ese otro que creemos conocer y sentimos pertenencia a él, es a lo que llamamos entrar en una crisis estructural identitaria que, aunque productiva, es desestabilizante por necesidad. Y aunque no se termina de salir de un mundo para entrar en otro, estos dos se anudan en la identidad del sujeto para formar nuevas estructuras identitarias.
Él quería ser ingeniero mecánico electricista ingreso al CECYT 36 (hoy CBTIS 13) escuela preparatoria técnica no terminal, dentro de la cual inicio en la capacitación para el trabajo en la especialidad de electromecánica, sin embargo no pudo terminar con este proceso, por que a finales del quinto semestre tuvo que abandonar los estudios por conflictos personales con un docente de la institución. Las escuelas no son espacios ascéticos destinados únicamente a la instrucción, formación o información de los educandos, sino más bien verdaderas arenas culturales en las que se debate una heterogeneidad de fuerzas económicas.
Políticas, culturales, ideológicas, etc. En una lucha irremisible por el poder y la dominación, por un lado el docente en defensa de su poder al no hacer barata su oferta laboral; y por otro, el educando en la búsqueda del statu que dan las buenas calificaciones, el resultado de esta confrontación fue, el docente, al ejercer el poder por medio de la posición que le daba su saber en ese momento.
A los docentes que prestan su servicio en ámbito magisterial como último reducto de preparación profesional y de salud económica, en esta multiplicidad identitara en crisis, al ser discursiva, es dinámica inacabada, precaria y abierta, y es a un tiempo la condición de posibilidades e imposibilidades de la fijación parcial de su significado. Es de notarse como el desencadenamiento de las crisis, provocadas por los roles en otras actividades, hace que los docentes se desatiendan de su formación permaneciendo varados dentro del aula, provocando con ello el impasse que, pareciera, emerge desde los salones de clases, rezagándose en cuanto a posibilidades de obtención y manejo de nuevos conocimientos, tan necesarios hoy en día, para minimizar  el impacto de la avalancha de saberes que, con gran celeridad, se desgranan en la dinámica de los tiempos actuales.

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